Para algunos, más preocupados con el momento presente, alegría de vivir consiste en facilidades materiales, tales como: viajes, fiestas, situación financiera estable y todo aquello en que no necesiten usar el cerebro para la realización de sus intereses.
Finalmente, es lo que para muchos otros es sólo una vida vacía.
Para otros, la alegría de vivir está fundamentada en las pequeñas cosas de la naturaleza.
Una observación aquí, otra allí y en el conjunto descubren la gran armonía que se manifiesta en todo que fue creado por el Padre.
A través de esa sensibilidad, descubren tesoros de enseñanzas que para muchos son absolutamente imperceptibles.
Para otros aún, la alegría de vivir está en el estudio constante de su yo interior.
A través de ese estudio, cuanta alegría hay en el descubrimiento de aquello que tienen que bueno, como también la perfecta conciencia de lo que necesita ser perfeccionado y, cuanta alegría a lo que descubran que poco a poco las imperfecciones podrán ser atenuadas.
Y así hermanos, como ven, alegría de vivir forma parte de nuestro caminar, basta saber comprender.
Aquellos que hacen de la alegría motivo sólo para futilidades, un día también tendrán sus sentidos vueltos para la verdadera alegría, por hora, la venda de sus ojos aún no fue retirada.
La propia vida, a través de esa falsa alegría la retirará.
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